Por Federico del Carpio, Jefe de Proyectos de Argentinos por la Educación, para "Miradas de la educación".
Semanas atrás, una mamá nos contó que luego de ver cómo su hija había trabajado la escolaridad en pandemia desde la casa, ella misma se sintió motivada a retomar sus estudios secundarios, que en breve finalizará. Esto sucedió en el tercer Encuentro Nacional de Familias por la Educación, que organizamos desde Argentinos por la Educación en Rosario, reuniendo a más de 300 familias de todo el país movilizadas por la educación.
La movilización social, especialmente de las familias, pero de toda la sociedad es uno de nuestros principales ejes de trabajo. Es que la educación es demasiado importante para no comprometernos desde todos los sectores. Queremos que la educación esté instalada en la agenda pública, como una verdadera prioridad nacional.
Nuestros otros ejes de trabajo son los datos y los acuerdos. Con los datos producimos evidencia para conocer el estado de la educación Argentina porque creemos que lo que no se mide no se mejora. Hoy hay varios indicadores que son preocupantes. Por ejemplo: de cada 100 chicos que ingresan a primer grado, solo 16 egresan en el tiempo estipulado y con los conocimientos suficientes en Lengua y Matemática. Y otro más: entre los estudiantes del último año de secundaria en situación de pobreza (que son el 40%), solo el 14% tiene buen desempeño en las pruebas Aprender. Evidentemente, hay mucho por hacer.
Por eso, en un país que nos duele por la grieta, nos proponemos reunir a quienes toman las decisiones en educación para lograr acuerdos plurales y duraderos en el tiempo acerca de las soluciones que nos lleven a mejorar la educación. La evidencia que presentamos constantemente a través de nuestros informes viene sirviendo para generar un consenso básico sobre los problemas más serios de la educación argentina.
Que todos los niños accedan al sistema educativo, que en su tránsito por la escuela incorporen los saberes necesarios para desenvolverse en la vida, y que todos finalicen su escolaridad en el tiempo correspondiente son tres grandes metas en las que seguramente todos estamos de acuerdo. Para llegar allí debemos empezar, por ejemplo, por asegurar los días de clase estipulados. Hoy 6 de cada 10 madres consultadas con hijos en Primaria informan que sus hijos perdieron días de clase durante el primer semestre de este año y el 21% de ellas, que perdió más de 10 días.
Hay mucho para trabajar. La educación tiene que estar en la agenda. En gran parte depende de que toda la sociedad esté interesada, se comprometa y se movilice exigiendo a quienes corresponde, que la educación sea realmente una prioridad para todos.
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