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Inteligencia Artificial: amiga o enemiga de las escuelas?



Tomás Roggio

Socio, Latitud Ventures



La “inteligencia artificial” tuvo en 2023 un punto de inflexión tecnológico. Impulsada por el programa ChatGPT, un “gran modelo de lenguaje” de la empresa americana OpenAI, abrió un mundo de posibilidades.


Con esas posibilidades, se han intensificado los grandes debates.


¿Es la IA un riesgo para la humanidad? ¿Puede reemplazar a humanos en sus trabajos? ¿Podría, eventualmente, llegar a superar y controlar a los humanos como en los peores libros y películas de ciencia ficción?

El objetivo de esta corta columna no es intentar responder esas preguntas, sino entender qué impacto puede tener en el sistema educativo.


Por medio de mi trabajo, tengo la suerte de conocer a diario nuevas empresas y proyectos (“startups”), vinculadas a la tecnología.


Últimamente, me he encontrado muchas de ellas trabajando en la intersección entre la educación y la inteligencia artificial. ¿Puede la inteligencia artificial reemplazar a las instituciones educativas tradicionales y a sus educadores? De ninguna manera.


Así como Internet significó una herramienta de investigación y trabajo clave para lxs maestrxs y profesores hace dos décadas, la inteligencia artificial debería tener un efecto similar.



Uno de los conceptos que más desarrollo están teniendo actualmente en el campo de la IA, es el de los “co-pilotos” para humanos. Es decir, un agente de IA que ayude (a través de una interacción en su teléfono móvil o su computadora) al humano a ser más productivo y/o eficaz en su trabajo. Sea este un trabajo de ventas, un abogado, un médico…. o un educador!


Imagínense, por ejemplo, un co-piloto de IA que ayude a maestras a corregir exámenes - eso podría desbloquear mucho tiempo “ineficiente” para dedicarlo a otras actividades de mayor valor agregado para el estudiante.


Un caso de uso que nos parece especialmente interesante es el de ayudar a más colegios a volverse bilingües y/o más proficientes en su enseñanza de inglés (u otras segundas lenguas).


Solo 8.5% de los Latinoamericanos mayores de 15 años reportan saber hablar en inglés (UNESCO, 2018). Saber hablar inglés puede mejorar los salarios promedio entre un 25-40% (The Economist). La empresa Duolingo reporta que el 70% de sus usuarios de Latinoamérica utiliza su app para aprender inglés. El mayor limitante: la cantidad de educadores capacitados para poder enseñar inglés, especialmente en zonas rurales o de ingresos medios-bajos. Con la ayuda de la IA, estos educadores podrían potenciar su capacidad de desarrollar currículos, enseñar y evaluar a sus alumnos - sin nunca perder su rol central en las escuelas.


Sería, así como lo fue Internet, una herramienta más (y aún mejor integrada) para impactar las próximas generaciones de argentinos.




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