Educar es acompañar, crecer juntos, aprender, soñar con desplegar el potencial de cada niño y niña hasta llegar a adultos. Educar es un enorme esfuerzo que pone en juego la calidez, la calidad, la ética, la verdad, la transparencia, el conocimiento, la experiencia, la convivencia de docentes, no docentes, autoridades, familias, alumnos, para construir una comunidad viva que se fortalezca y que ponga foco en el desarrollo de la persona, la familia, la institución, su comunidad y su territorio. Más allá de la política educativa, más allá de las instituciones, más allá de los conocimientos técnicos, más allá de las ideologías, está en el centro de la vida ese niño o niña, y su familia, para que la escuela sea un abrigo, un hogar, un lugar de encuentro y de aprendizaje compartido. Para educar, necesitamos influencia, convicción, pasión, conocimiento, escucha activa, apertura mental e inteligencia emocional, valores positivos y alegría.
